¿Verónica?... ¡pura entropía!
Este es uno de esos casos en que la persona es definida por su obra. Y su obra es pura entropía. La palabra entropía procede del griego (ἐντροπία) y significa evolución o transformación. Dicho de forma escueta, es el grado de desorden que poseen las moléculas que integran un cuerpo, o también el grado de irreversibilidad alcanzada después de un proceso que implique transformación de energía.
Y así es ella. La obra, una medida del grado del desorden de la autora: desde los cuerpos entrelazados, confundidos y espirituales de su primera exposición 69 tercios de..., una explosión de energía, a la serenidad de la conciencia limpia del que todo lo ha luchado, del “El rubio de Orihuela”. De las acuarelas más sencillas y emotivas de sus paisajes oriolanos, a la sobriedad oscura (miedo) de su “Diablesa”. Una creación que capta y hace mirar hacia el interior, hacia nuestro propio desorden, aquel que nos inquieta y nos obliga a levantarnos cada día para intentar cambiar cosas en nuestro propio universo.
"Como el Universo es un sistema aislado, su entropía crece constantemente con el tiempo". Esto marca un sentido a la evolución del mundo físico, que llamamos "Principio de evolución".
Y así es ella. Cuando al fin deja de entrar y salir de su cuarto, de la casa, de su cuadro y de su vida. Cuando lo deja y se vuelca en la exposición, sabes que tienes algo nuevo que ver. Con el mismo aroma y personalidad de siempre, pero vivo, fresco, mejor… siempre mejor: con su propio principio de evolución.
“Cuando la entropía sea máxima en el universo, esto es, exista un equilibrio entre todas las temperaturas y presiones, llegará la muerte térmica del Universo”.
(enunciado -¿o tal vez anunciado?- por Clausius).
Sigue siendo ella. Cuando el orden irrumpa en su vida, su espíritu cambiará de color, y su fuerza, y su carácter. Y con ellos su obra, su expresividad, su agresividad ingenua en la formas… ya no será lo mismo.
Deja la puerta de par en par, que tu universo no sea cerrado, que tu energía fluya y crezca constantemente para que mantenga vivo ese caos en el que se basa el baile celestial que llevas dentro. Sigue siendo tú. Sigue llenándonos de tu desorden.